sábado, 7 de febrero de 2015

Gestión del conocimiento en el campo educativo

La empatía en las relaciones interpersonales


Llevar adecuadamente las relaciones interpersonales en un centro laboral es un verdadero desafío; más aún, cuando nos toca realizar coordinaciones grupales con personas con las cuales nos tenemos cierta distancia. En muchas ocasiones, solemos escuchar expresiones de algunos trabajadores acerca de sus empleadores o jefes directos: "Cree que soy una máquina, que no tengo problemas ni emociones, que todos los días voy a tener el mismo rendimiento o que, como dé lugar, debo tener las mismas habilidades del trabajador más eficiente". Esta situación nos permite visualizar la necesidad de fortalecer las relaciones interpersonales, en las que la empatía ha cobrado gran significatividad, sobre todo en el ambiente laboral y educativo. Podemos definir la empatía como "la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar y de esta manera poder responder correctamente a sus reacciones emocionales" (Balart, 2013, p. 1). La autora también remarca la combinación de tres niveles: la escucha activa, la comprensión y la asertividad. CLICK AQUÍ.

La empatía, desde muchas perspectivas, está relacionada a la inteligencia emocional; es decir, tiene mucho valor cuán inteligentes somos emocionalmente. Asimismo, es un factor clave para la adecuada comunicación interpersonal; ya que será fundamental comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un diálogo correcto. Constituye también la habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de los demás, pues da lugar a la calidez emocional, al compromiso, al afecto y a la sensibilidad; es nuestra conciencia social en las relaciones interpersonales. 

La empatía está estrechamente vinculada al carácter interpersonal, así como la autoconciencia emocional lo está al carácter intrapersonal. En ese sentido, una insuficiencia en nuestra habilidad empática será el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardarán en evidenciarse fallas en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas. Esta sordera emocional está asociada a la deficiencia en la capacidad de escucha; no obstante, Milagros Fronti nos presenta un amplio panorama sobre cómo revertir esta situación: CLICK AQUÍ.

Es pertinente destacar que nuestras relaciones interpersonales no solo se basan en aspectos verbales, sino también confluyen una serie de mecanismos llenos de información como la postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso las pausas. Interpretar apropiadamente esta información nos ayudará a comprender mejor al otro. La empatía no significa estar de acuerdo con el otro ni dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro; simplemente es respetar su posición. aunque no estemos de acuerdo con alguien, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

Tipos de empatía

Empatía cognitiva: Es la que se percibe cuando uno ve cómo son las cosas que ocurren y adopta la perspectiva del otro. Las personas con éste tipo de empatía las podemos encontrar en el ámbito organizacional o de la empresa. Un jefe que logra que sus trabajadores obtengan buenos resultados porque consigue explicar las cosas de una forma que le entiendan y eso hace que estén motivados. También ejecutivos con gran empatía cognitiva, tienen puestos en el extranjero porque captan las normas de otra cultura con mayor rapidez.

Empatía emocional: Es la base de la compenetración y de la química, es sentir a la otra persona, hacerle ver que nos hacemos cargo de su situación. Las personas que destacan en empatía emocional son buenos consejeros, maestros, profesores, tienen cargos de responsabilidad en la atención con el cliente y jefes de grupos que gracias a esa capacidad y tipo de empatía detectan las reacciones en los demás en el momento.

Preocupación empática: Las personas con ésta empatía, sienten la preocupación, notan que los demás necesitan ésa ayuda y se la ofrecen incondicional y espontáneamente. Son aquellas personas que pertenecen a un grupo, una empresa o una comunidad, los que ayudan a los demás sin más y porque les agrada hacerlo cuando lo necesitan. La empatía tiene como característica esencial la compasión, tenemos que darnos cuenta de qué le pasa a la otra persona, qué siente para que se despierte la compasión, que es ése amor incondicional hacia los demás, de no reproche y auténtico yo por ayudar a las personas y que hará que prevalezca durante toda la vida. Es posible desplegar estas capacidades empáticas y sólo es necesario que la vayamos desarrollando a lo largo de nuestra vida, para así superar muchas de las dificultades a las que nos podemos enfrentar e ir aprendiendo día a día de ésa inteligencia emocional que todos deberíamos cultivar para ser felices con nosotros mismos y con los demás.

La empatía en la escuela

Muchos estudios coinciden en que los niños aprenden a gestionar sus emociones y tienen la oportunidad de practicar la empatía en la escuela; aprenden a controlar la violencia como recurso defensivo.

La escuela es el lugar donde los niños pasan más tiempo, permite la vinculación con sus pares, lo que garantiza el éxito académico y brinda espacios para una formación integral. Por eso, es necesario que los adultos (profesores, padres y otros) manifiesten altas expectativas hacia ellos, mostrando afecto, aprecio y consideración, a fin de experimentar y aprender la empatía.

Existen evidencias de que muchos estudiantes, de la misma forma como logran mejores calificaciones y mejor desenvolvimiento, asumen actitudes agresivas y violentas con el fin de obtener la consideración y estima de los demás, rivalizando en clase constantemente. Ante esta situación, se debe propiciar la vinculación social, a través de la cual los estudiantes se muestren más participativos y democráticos, solucionen sus conflictos mediante la negociación y la conciliación y dejen de utilizar métodos violentos que atenten contra la dignidad del grupo.

Por otra parte, los docentes también enfrentan a diario situaciones de convivencia laboral que aunque parezca poco creíble, influye en el desarrollo integral de la institución educativa. Ser empático (y evidentemente, respetuoso) es una cualidad importante para gestionar ese día a día, en el que pueden aparecer conflictos que deben solucionarse de manera eficaz y evitar problemas mayores. Si sabemos ponernos en el sitio del otro y comprender sus reacciones, el entorno laboral será más sano y esto repercutirá directamente sobre nosotros.

Conclusión


La empatía es una capacidad innata en todos los seres humanos, aunque hay personas que la tienen más desarrollada que otras. Así como las habilidades verbales o físicas, debemos ejercitar nuestra capacidad empática y así mejorar nuestras relaciones interpersonales en las diversas situaciones en que nos encontremos.

BIBLIOGRAFÍA:

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Gelabert, M. (2012). La empatía en la escuela. Recuperado de http://elauvo.blogspot.com/2012/09/la-empatia-en-la-escuela.html

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